miércoles, 31 de marzo de 2010

Héroes

Nueva edición de comparta sus pensamientos con un ser humano.

Hoy he recibido noticias de Guinea y me han trasmitido lo siguiente, "amigo, creo que de aquí poco tendrás otro problema, habrá que abrir un colegio". No es fantástica la noticia. Nuestros grandes protagonistas desplazados, nuestros compañeros Juan y Pere parece que están cerrando el capítulo construcción de la primera fase del centro escolar y si todo va bien tendremos que desplazarnos para iniciar los trámites y abrir nuestro centro educativo de Guinea.

Parece que nuestros héroes desplazados soportando un calor insuperable, las trifulcas de dos blancos en Guinea y las dificultades que algunos sabemos tiene el proyecto, parece, repito, inician el camino del fin de la primera fase del proyecto, proyecto que tendrá varias fases hasta conseguir completar el centro educativo de aquí unos años. Hablando con ellos observo su cansancio, entiendo su a veces desesperada situación, pero sé como nadie, que al final cuando miren atrás sólo recordarán la satisfacción del trabajo bien hecho y que ellos fueron parte importante del proyecto de todos. Felicidades por adelantado.

En el año 1999 pillé una malaria. Increible. Construyendo lo que ahora es el primer proyecto en el que participé, dispensario médico en Senegal, trabajando de sol a sol sin temer nada ni a nadie, va y la hembra de un mosquito enano, me pica y me trasmite ese parásito horrible llamado plasmodium y conocido en este mundo como malaria.
De ese momento recuerdo muchas cosas pero considerando que me pasé tres días entre 39 y 40 grados en medio de un desierto y creyendo que me moría, no sabría explicar qué de lo que recuerdo es real y qué no lo fue.
Hay algo que sí recuedo, a la hija de mi amigo Djine, Bintu, desplazando su belleza por el cálido desierto senegalés, empapando con agua mi frente y yendo al pueblo más cercano donde existía una nevera con fantas belgas frías y comprando con su dinero tal manjar para depositarlo en mis labios y refrescar mis delirios, y entre sonrisa y sonrisa decirme, "recupérate, todavía es pronto para enfermar".
Cuando me curé, y volví a ejercer la profesión que me ha abierto tanto mi vida y me dio la posibilidad de tener los ojos bien abiertos, pregunté a Bintu el porqué de esa frase que yo recuerdo tras nítidamente. Mientras hacía la pregunta, su padre, mi gran amigo Djine, me recordaba que Bintu no hablaba el español, con esfuerzo se defendía en francés y que tal frase en wolof (el idioma de la mayor parte de los senegaleses del norte de Gambia) no existía. Se rió conmigo pensando en el poder de la fiebre y el eclipse que ésta produce en la mente.

Supongo que eso es lo que pasó, Bintu sigue sin hablar el idioma de Cervantes, el proyecto acabó y otros empezaron, no volví a tener delirios, y la hija de Djine lleva a su familia al dispensario que entonces creamos y que llevan de forma casi europea mis amigos senegaleses..."todavía era pronto para enfermar".

Sabeis, en medio del desierto, una fanta bien fría es una especie de regalo de los dioses ...

Cuando miro atrás sólo recuerdo la emoción vivida y cómo la obstinación de unos héroes hizo posible cada piedra de ese dispensario, unos héroes que ahora van a ese dispensario donde existe una atención médica permanente y la gente ya no cree que enfermar es un paso inebitable hacia el más allá.
Las ONGs, las Fundaciones o lo que sea, no sólo dan cabida a las ilusiones por su finalidad, si no a los esfuerzos personales cargados de ilusión de cada uno de los que participa, del que canta, del que monta un evento, del que hace el boca a boca para que el evento sea importante, del que se desplaza a los países a los que van destinados los monumentos conseguidos, del que gestiona un billete de avión omitiendo horas de sueño, de los nativos del país receptor que participan en la construcción del proyecto, del que asesora en la distancia, del que te acompaña a tomar una cerveza tras un mal día, ..., Okume es una suma de centenares de pequeños héroes anónimos.

Gracias por existir

Salut i Força
Jordi

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PRESENTACIÓN DE OKUME AZ

¿QUIÉNES SOMOS?

La Fundación Privada Okume AZ, nace como una iniciativa de un conjunto de maestros del Centro de Estudios Jaime Balmes, cooperativa con más de 25 años de experiencia en el ámbito de la educación.

¿DÓNDE ACTUAMOS?

La Fundación, no se pone límites geográficos para desarrollar sus objetivos, se limita a mantenerse fiel a estos últimos (artículo 6 de nuestros estatutos) y a su ideario como entidad. Allá donde su actuación sea necesaria y bienvenida Okume AZ tiene un potencial proyecto a desarrollar.

Aunque su labor como tal inicia con la concesión de becas de estudio y el proyecto educativo planteado en Guinea Ecuatorial, nuestra fundación rápidamente comienza a colaborar con otras organizaciones o proyectos. Concretamente en países como Senegal, Camerún, Burkina Faso, Paraguay o Nepal…, mediante el apoyo de su infraestructura, su organización, o del propio personal… No obstante, aprovechando nuestra cobertura y la experiencia en ámbito de la cooperación que tiene nuestro director el Dr. Jordi Seuba, Okume AZ ha acabado asumiendo la mayoría de esos proyectos.