martes, 12 de abril de 2011

Vivencias

Me resulta difícil volver a escribir tras el último viaje a Camerún. Fue un viaje especial. Por motivos que no vienen al caso quizás no ha sido el viaje que más intensidad he tenido que desprender pero con toda seguridad ha sido de los desplazamientos más fáciles pues tanto Teo como Xantal facilitaron enormemente la labor y el trabajo difícil que supone lidiar con equipos gubernamentales africanos, esa labor fue simplemente cero, pues Ngog Lituba y Xantal en concreto batallaron para que nosostros no nos preocuparamos de nada al respecto.

Cuando todo el esfuerzo tiene su compensación la verdad es que las horas de insomnio valen la pena.
Es curioso como las vivencias de Okume se van entrelazando unas tras otras y como las noticias positivas son cada vez mejores al simplemente entrar en dinámicas ganadoras.

En esa linea, en la de que las asociaciones locales asuman su responsabilidad, así como Okume asume la suya es como deberíamos trabajar.

Hace días, al volver de Camerún, mi amigo Tcherno Madjo Djalo me enviaba la matrícula de la escuela de Oporto donde realiza un curso de formación avanzada en Informática. Dicho curso ha sido financiado por nosotros. Conozco a Tcherno hace años, de mis viajes por Ingoree con Sor Romana Sachetti en Guinea Bissau. En ese momento, años desde el 1998 al 2002, tras una guerra civil, Tcherno era un chico con sueños fustrados a los que las circunstancias de su país habían truncado lo que él pensaba que sería su futuro. Hicimos amistad, incluso le llevé unas viejas botas de fútbol de mis andaduras de juventud por los campos de tierra de media Cataluña, y desde entonces, como así debería ser entre camaradas que les une la casualidad,Therno y yo nos unimos.

He seguido sus andaduras desde entonces. Pensad que lo conocí con quince años, y es duro ver como alguien a quien quieres, la vida no le brinda demasiadas oportunidades. Financié diferentes sueños de Tcherno, algunos salieron bien, otros fueron un auténtico fracaso, pero sé que cada paso que daba lo hacía desde el corazón.

Una vez, en un viaje que hice a Senegal, Tcherno atravesó medio país para reunirse conmigo horas antes de que mi avión partiera rumbo a España, pero no llegó a tiempo, no pudimos vernos a pesar que haciendo acopio de la gran virtud africana, la paciencia, utilizando medios de locomoción inverosímiles para intentar conseguir tan sólo cinco minutos de conversación, de compartir sueños, charlas, risas y evidentemente para explicarme que seguía luchando pero que no me olvidara de él.

Tcherno atravesó el Atlántico, el estrecho de Gibraltar y se instaló en Andalucía, las autoridades españolas no le facilitaron los papeles así que emigró a Portugal donde pudo conseguir un visado temporal.

Tcherno de repente me llamó como tantas veces, como tantos años y me explicó su nuevo sueño, montar una escuela de informática en Ingoree. Había montado una cooperativa en Guinea Bissau, tal y como tantas veces habíamos comentado, jóvenes llenos de ilusiones para salir de una situación sin esperanza. Quería quedarse en Portugal, formarse y volver a Bissau a su casa con los suyos, y montar una escuela.

Tcherno me lo explicó. Un sueño más o quizás el sueño definitivo. Han pasado muchos años desde que conocí a aquel joven de quince años, de sus impulsos, de sus batallas.

Le propuse financiar su formación para poder llevar a cabo su empresa. Le propuse que esta vez yo no lo financiaría, lo haría Okume, Okume formaría parte de su sueño.

Tcherno renovó su pasaporte gracias a 458 euros, no lo extraditaron, está estudiando para formar algo, para crear y dar forma a su sueño, que también es el nuestro. De nuevo, menos de quinientos euros para cambiar una vida.

Esa reflexión me devuelve a Senegal, a Mame Gor y su hermana felizmente operada gracias a nuestro ángel anónimo de Castelldefels.

Mañana David se va a Senegal. Lleva una bolsa de ilusiones. Irá a supervisar como van nuestros proyectos por allí, como funciona el dispensario, la cooperativa de cosedoras, el hospital de Keur gana, como evoluciona la hermana de Mame Gore.

También lleva ilusion. La financiación de la escuela de niños pequeños de Guerlé Seck. Proyecto llevado a cabo por Kalam, por Djine o sea por la Association pour le Developpement de la zone de Guerle, por la contraparte local de Okume, por ellos, que somos nosostros, que somos todos. Suerte.

La cooperación es algo más que abrir hospitales, escuelas o cooperativas de cualquier tipo... es una oportunidad la de relacionarnos como seres humanos, la de conocernos, intercambiar sueños, compartir,..., comunicarnos. La vida hace que nos hayamos unido en pos de todo esto, Djine, Tcherno, David etc forman parte de un uno sólo, de un sueño común.. quizás parezca extraño pero no hay nada más... conocernos e intercambiar sonrisas.

Alguna vez me han preguntado qué quiere OKUME. Una vez nos relacionaron con algún tipo de interés más allá de lo descrito, ya sea por política o economía. Responder diciendo que no trabajamos con ni para intereses particulares sino con y para las personas anónimas que formamos esta maquinaria de ilusión.

Hoy como siempre brindo por los sueños compartidos incluso por los que no se materializan, incluso por los que se queden en el futuro por el camino, pues cada vivencia que ello nos proporciona nos hace a cada uno un poco más ricos.

Salut i Força

Jordi Seuba

PRESENTACIÓN DE OKUME AZ

¿QUIÉNES SOMOS?

La Fundación Privada Okume AZ, nace como una iniciativa de un conjunto de maestros del Centro de Estudios Jaime Balmes, cooperativa con más de 25 años de experiencia en el ámbito de la educación.

¿DÓNDE ACTUAMOS?

La Fundación, no se pone límites geográficos para desarrollar sus objetivos, se limita a mantenerse fiel a estos últimos (artículo 6 de nuestros estatutos) y a su ideario como entidad. Allá donde su actuación sea necesaria y bienvenida Okume AZ tiene un potencial proyecto a desarrollar.

Aunque su labor como tal inicia con la concesión de becas de estudio y el proyecto educativo planteado en Guinea Ecuatorial, nuestra fundación rápidamente comienza a colaborar con otras organizaciones o proyectos. Concretamente en países como Senegal, Camerún, Burkina Faso, Paraguay o Nepal…, mediante el apoyo de su infraestructura, su organización, o del propio personal… No obstante, aprovechando nuestra cobertura y la experiencia en ámbito de la cooperación que tiene nuestro director el Dr. Jordi Seuba, Okume AZ ha acabado asumiendo la mayoría de esos proyectos.